Comentario
El Adelantado Alvar Núñez
Tres años después de la muerte de Pedro de Mendoza, primer fundador de Buenos Aires, el 18 de marzo de 1540, Alvar Núñez Cabeza de Vaca conseguía del Emperador un asiento y Capitulación para que, con los títulos de Gobernador, Adelantado y Capitán General del Río de la Plata, fuera a socorrer a los supervivientes de la expedición de Mendoza18.
Los límites de esa gobernación eran harto imprecisos y seguían siendo los mismos que los concedidos al anterior gobernador Pedro de Mendoza: al Norte, limitaba con el gobierno de Diego de Almagro; al Sur, con el Estrecho de Magallanes; al Este, con el Atlántico, incluyendo expresamente la isla de Santa Catalina. Tendría dos mil ducados de renta anual, aparte de otros beneficios, como la franquicia del almojarifazgo durante dos lustros; el permiso de levantar fortalezas, con cien mil maravedíes de sueldo cada una. En la Capitulación, en la que la Corona no daba ninguna ayuda económica, sí especificaba minuciosamente el capital que aportaba el Adelantado y conquistador, y que consistía en unos ocho mil ducados, como hemos dicho anteriormente, que debía invertir en los navíos y en la compra de armas, caballos, víveres y pertrechos de guerra.
El 2 de noviembre de 1540 salía de Cádiz una flotilla de tres navíos, más otro que se les uniría al llegar a Canarias. En total, cuatrocientos hombres iban en la expedición de Alvar Núñez, que tras cinco meses de accidentada navegación arribaban a la isla de Santa Catalina19.
Desde dicha isla envía un navío exploratorio en socorro de Buenos Aires, pero regresa rápido porque era invierno y tiempo contrario para la navegación de río, Esto y la llegada a la isla de Santa Catalina de nueve españoles, evadidos de Buenos Aires, por los malos tratamientos que les hacían los capitanes que residían en la provincia, constituye la primera y velada acusación contra Martínez Irala y los suyos. Pero sabe más, y es que Buenos Aires se mantiene; que Juan de Ayolas ha sido asesinado, y que, hacia el interior del Paraguay, viven el grueso de los supervivientes en la población de Asunción.
Dado que el estado del mar le preocupa, y sobre todo no tiene espíritu marinero, decide temerariamente ir en socorro de Asunción, a través de la tierra; para ello envía antes a su fiel amigo Pedro Dorantes, que le ha seguido en este nuevo periplo, con ciertos cristianos e indios, para que explorara la naturaleza del terreno. Como los informes de Dorantes son alentadores, emprende su arrojado proyecto; despacha los barcos hacia el Plata para que socorran Buenos Aires, y él con 250 hombres y 26 caballos, inicia el camino terrestre. La marcha durará cuatro meses, y sin perder un solo hombre llegará a la Asunción, en los primeros meses del año de 1542. El itinerario ha sido seguir el curso del Iguaÿu, hasta llegar al Paraná, a través de los actuales Estados brasileños de Santa Catalina y de Paraná. Las autoridades de la Asunción, con Martínez Irala al frente, reconocen al nuevo gobernador.
El mito de Alejo García y su expedición al fabuloso Rey Blanco será obsesivo para Alvar Núñez: llegar a las tierras argentíferas, que no serán otras que Potosí, y descubrirlas antes que los españoles que ya se encuentran en el Perú. Para ello, primero envía a Irala que pronto regresa con buenas noticias, por lo que el Adelantado prepara una expedición, capitaneada por él mismo, que parte en septiembre de 1543, remontando el Río Paraguay, y llegando casi hasta su nacimiento en el chapadao mattogrossense, donde se decide el regreso, ante la imposibilidad de proseguir la navegación.
El regreso será bien amargo para Cabeza de Vaca. Una conspiración de los oficiales reales dirigidos por Martínez de Irala termina con el Adelantado en la cárcel y su posterior envío a la península donde será juzgado y confinado, ¿Cuáles pueden ser las causas y motivos de esa conspiración? Indudablemente a través de los Comentarios, sutilmente primero y abiertamente después, va desgranando Cabeza de Vaca una serie de acusaciones contra los conspiradores, que podemos resumir en tres puntos:
1.º La despoblación y abandono de Buenos Aires. Cabeza de Vaca, cuando se entera de la decisión tomada por Irala, la censura acremente con razón, porque Buenos Aires era, por su posición, imprescindible para la seguridad del Río de la Plata. La posterior repoblación o fundación por Juan de Garay ratificará su opinión.
2.º La política de atracción indígena, basada sobre todo en una política amistosa, en la que las armas debían estar olvidadas, si no era por imperativos de defensa personal.
3.º Indudablemente, muchos de los privilegios que las Capitulaciones concedían al Adelantado y gobernador chocaban forzosamente con los que de facto disfrutaban muchos colonos, y de ahí el temor a perderlos.
De los tres, indudablemente, los dos últimos fueron los que más pesaron en el ánimo de los conspiradores.
Indudablemente, fue Martínez de Irala el que movió los hilos de la conspiración, y el mayor beneficiario del motín y rebelión, ya que volvió a encargarse de la gobernación del territorio. Y en esto coinciden casi todos los historiadores argentinos que son los que con más interés se han ocupado de estos sucesos20.
Pero lo más destacado de la gobernación de Alvar Núñez fue, sin ninguna duda, su política de atracción del indígena, y por ello se le puede considerar como uno de los hombres que mejor entendieron la política colonial que propugnaba Madrid, y que tan mal luego se plasmaba en Indias. Por su larga andadura por el sur de los actuales Estados Unidos, Cabeza de Vaca conoció innumerables pueblos indígenas, su idiosincrasia y temperamento. Ese largo aprendizaje se pondrá a prueba cuando, al regreso de la larga marcha, se encuentre con los españoles de Nuño de Guzmán, que están llevando la conquista de la Nueva Galicia a sangre y fuego. Alvar Núñez no deja de deplorarlo y contrastarlo con una política de acercamiento, ya que el indio está bien predispuesto. Los resultados, como bien señala en los Naufragios, no pueden ser más lamentables: los indios huidos, los poblados abandonados, la tierra y las cosechas perdidas; pero lo peor, es que los españoles han perdido ante los indios la aureola de ser los hombres míticos venidos del Oriente.
Por esta razón, apenas llega a la isla de Santa Catalina comienza a practicar esa política de atracción, procurando la amistad del indio, sin engaños, y así yendo caminando por entre lugares de indios de la generación de los guaraníes, todos los cuales los recibieron con mucho placer, y los venían a ver y traer maíz, gallinas y miel y de los otros mantenimientos; y como el gobernador se lo pagaba tanto a su voluntad, traíanle tanto, que le dejaban sobrado por los caminos.
Los frutos de esta política pronto se palpan apenas llega a la Asunción: los temibles agaces, que tenían atemorizados a los guaraníes y a los españoles piden la paz; es tal el prestigio alcanzado por el nuevo Adelantado, que los guaraníes colaborarán estrechamente con un ejército para combatir a los guaycurúes, y posteriormente marcharán con Alvar Núñez a la famosa expedición a las fuentes del río Paraguay. Todos los historiadores modernos, Gandía, Lafuente Machaín, Cardozo, Levene, Rubio, coinciden en resaltar el éxito de Cabeza de Vaca: es la primera vez que se da una colaboración total entre el indígena y el español, lo que explica el éxito colonial hispano en el Río de la Plata.